Las primeras preguntas del portavoz popular, Pedro Muñoz, se centraron en un artículo publicado en la prensa por Ruth Porta antes del último congreso de la Federación Socialista Madrileña, en el que llamaba a sus compañeros a superar los problemas internos como única vía de recuperar credibilidad ante los ciudadanos.

El portavoz popular requirió reiteradamente a Porta para que detallara esos problemas internos, pero la dirigente socialista optó por subrayar que esas discrepancias se zanjaron en el últmo congreso con la elección de Rafael Simancas como secretario general y después con la de José Luis Rodríguez Zapatero como líder federal. Se acabó lo que reconoció que fueron unos años "convulsos" en las filas socialistas.

Agregó que partir de esa fecha, el año 2000, el PSOE inició, tanto en Madrid como en el resto de España, una "nueva etapa" en la que se zanjaron esas tensiones y se llegó a la actualidad, con el partido "unido y cohesionado". "No nos pegamos puñaladas por la espalda como dice el sñor Cobo que se dan ustedes por la sucesión", remachó.

Negó también la existencia de un acuerdo interno por el que la dirección socialista se hubiera comprometido a dejar a los "Renovadores por la Base" el 40 por ciento de los puestos en las listas electorales y en el Gobierno autonómico. Porta preguntó a los portavoces del PP "por qué dan más credibilidad" a dos traidores que a los "dignos representantes" del PSOE.

Reiteró además que ese acuerdo sería "imposible" dado el sistema del partido parahacer sus listas, que comienza con propuestas de los militantes de base en las agrupaciones y van siendo aprobadas por diferentes órganos hasta llegar al Comité Regional y ser después ratificadas por el Comité Federal. "Jamás tuve conocimiento de ese acuerdo", dijo, y además "no existió porque era imposible que existiera".

CONTRADICCION DE TAMAYO

Poco después, en respuesta a otra pregunta, recordó que Tamayo reconoció ante la comisión que había votado a favor de las listas electorales, en las que sugrupo tenía alrededor del 12 por ciento de los puestos, y nunca criticó esas candidaturas, pero justifica su espantada tras las elecciones en el incumplimiento de un acuerdo interno por el que se le garantizó el 40 por ciento.

Porta aprovechó también la argumentación sobre los mecanismos de elaboración de las listas para contraponer la democracia interna del PSOE al "dedazo" del PP, y el portavoz popular reaccionó preguntando por la designación de Trinidad Jiménez como candidata al Ayuntamiento de Madid. Explicó la dirigente socialista que después de la propuesta de su candidatura se abrió el procedimiento de primarias, como se hace siempre por los reglamentos internos, pero no se presentó nadie más.

A las preguntas sobre el impedimento para la afiliación en Villalba, denunciada por un ex concejal ante la comisión, Porta explicó que el PSOE paraliza la afiliación cuando detecta que llega en masa en algún municipio y que puede obedecer al objetivo de alterar la mayoría existente en la agrupación paa influir en alguna elección.

La portavoz de Izquierda Unida, Reyes Montiel, centró sus preguntas en intentar demostrar que la ciudadanía había percibido la idea de que los socialistas intentarían gobernar con la coalición si el PP perdía la mayoría absoluta, para restar así credibilidad a las tesis de Eduardo Tamayo.

Ruth Porta aseguró que nadie se vio sorprendido por las negociaciones, que comenzaron, aseguró, después de las elecciones. En contra de las denuncias de Tamayo sobre un pacto secret que daba la mitad del gobierno autonómico a Izquierda Unida, la portavoz socialista aseguró que no había antes de los comicios "un solo documento" al respecto. "Cuando un delincuente planea un crimen, planea también su coartada", sentenció.

De hecho, Porta explicó que en las primeras reuniones de la dirección socialista madrileña tras las elecciones se debatió si abrir esas negociaciones o intentar gobernar en minoría, toda vez que Izquierda Unida había garantizado su respaldo en todo caso a la invesidura de Rafael Simancas como presidente.

El portavoz socialista, Modesto Nolla, no dirigió ninguna pregunta a Porta en su primer turno de intervención por entender que su comparecencia "poco tiene que ver" con el objeto a investigar por la comisión.