Tamayo y Sáez se apresuraron a abandonar el plenario en el momento en que la presidenta, Concepción Dancausa, levantó la sesión. Salieron a empujones del Hemiciclo por la puerta más cercana al acceso al aparcamiento y a la carrera enfilaron por un pasillo estrecho, perseguidos por una docena de personas que les increpaban y por una legión de cámaras y periodistas que trataban de recoger su opinión sobre el discurso de investidura de Simancas.

No hablaron y se limitaron a apretar el paso para tratar de eludir lo más rápidamente posible los insultos de sus perseguidores. "Hijos de puta", "guarros", "fascistas" y "judas" fueron los calificativos que se oyeron en ese corto trayecto. La persecución discurrió después por las escaleras de bajada hacia el aparcamiento y acabó en la puerta de acceso, donde, ante la imposiblidad de continuar, les lanzaron un puñado de monedas que quedaron en el suelo como símbolo del pago a los traidores.

Tamayo ser mañana el primero en intervenir en el pleno como portavoz del grupo parlamentario más pequeño de la Asamblea, el Grupo Mixto, que quedó constituido esta semana tras abandonar los dos las filas socialistas.

En la sesión de hoy los dos tránsfugas siguieron en completo silencio y con talante serio la intervención de Simancas, que lanzó duras acusaciones contra ellos. Sáez apenas hizo movimiento alguno durante la hora y cuarto que duró el discurso del candidato socialista, mientras que Tamayo tomó notas n varias ocasiones.

GALLARDON TOMA NOTA

También hizo apuntes el presidente en funciones de la Comunidad de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, que se mantuvo atento a las palabras de Simancas y de vez en cuando intercambiaba comentarios con su vecino de escaño, Carlos Mayor, vicepresidente en funciones del Gobierno autónomo.

Gallardón se concentró en tomar apuntes en los pasajes en los que Simancas anunció que encargará una "auditoría general sobre el urbanismo madrileño" durante los gobiernos precdentes a los que acusó de anuencia con los poderes urbanísticos de la ciudad. Tambíén tomó nota de las iniciativas en materia de vivienda que hoy explicitó el candidato socialista como compromiso programático de un futuro gobierno de la izquierda.

La candidata popular, Esperanza Aguirre, también siguió con talante serio la intervención y solo se permitió un comentario, inaudible desde la posición de los periodistas, en el momento en que Simancas le pidió que haga pública su declaración de bienes y patimonio, como él mismo hizo hace 48 horas, para demostrar que no tiene vinculaciones con el sector inmobiliario.

La intervención del candidato socialista fue interrumpida en varias ocasiones por los aplausos de su grupo, que le jalearon especialmente en los pasajes en los que reafirmó su voluntad de presidir un gobierno ético y en los momentos en que reclamó a los dos tránsfugas sus escaños.

APLAUSOS DE IU

Los 9 parlamentarios de IU se mantuvieron en silencio durante toda el discurso, pero aplauieron sentados en sus escaños al final, mientras que los 45 diputados socialistas le ovacionaban puestos en pie.

Desde la tribuna de invitados, un nutrido grupo de destacados socialistas, entre los que había una buena representación del sector guerrista, aplaudían también. La masiva presencia de socialistas contrastó en la primera parte de la sesión de investidura con la práctica ausencia de líderes destacados del PP, que reservan su presencia para mañana, cuando intervendrá Esperanza Aguirre.

Enre los presentes se hallaban el portavoz parlamentario del PSOE, Jesús Caldera; la secretaria general del Grupo, María Teresa Fernández de la Vega; la portavoz municipal, Trinidad Jiménez, y la ex ministra Rosa Conde. Además estaban para apoyar a Simancas los guerristas José Acosta, Matilde Fernández y Pedro Castro, entre otros.