Escudero declaró a Servimedia que las citadas viñetas "nos parece que son una ofensa a los sentimientos de los musulmanes y una ofensa al profeta, una vulneración de la libertad de expresión que tiene unos límites, que deben ser no injuriar y calumniar a nadie, y mucho menos a un profeta".

Añadió que la publicación de estas caricaturas "es improcedente y condenable", por lo animó a los musulmanes a protestar "de una forma pacífica y dentro de los límites de la legalidad".

Escudero opinó que la difusión de esas viñetas "son una provocación para prolongar la estrategia de enfrentamientos a las civilizaciones", y puede dar alas a organizaciones terroristas como Al Qaeda para volver actuar.

En este sentido, también dijo que esta polémica puede servir a intereses "políticos y económicos" para justificar "el clima de enfrentamientos entre civilizaciones".