El objetivo de este proyecto será acoger las nuevas líneas de Metro que darán servicio a la estación y permitir su conexión con Cercanías-RENFE y con las líneas de autobuses de largo recorrido que se ubicarán en esta nueva infraestructura.

"Con esta actuación" explicó De Cospedal, "se buscan dos objetivos claros consistentes en mejorar la calidad de los trasbordos entre las distintas redes de transporte público existentes en la región y, por otro lado, incrementar la capacidad de la nueva estación ante el importante desarrollo previsto en la zona norte de Madrid, convirtiéndole en uno de los principales distribuidores de los desplazamientos tanto de entrada como de salida de la capital".

Para ello, la Comunidad de Madrid destinará un presupuesto superior a los 93 millones de euros, que abarcará la construcción de la nueva infraestructura y de la prolongación de la línea 1 de Metro desde Plaza de Castilla a Chamartín, donde se unirá con la línea 10.

La nueva estación se dividirá en cuatro plantas subterráneas en las que se unirán la línea 10 y la línea 1, que se prolongará desde Plaza de Castilla, dejando además el terreno preparado para dar servicio a la futura "Operación Chamartín" y a una nueva línea circular que podría contar con una parada en esta infraestructura.