"No soy alarmista, las cifras hablan por sí mismas. En Cataluña, durante los seis meses del año que llevamos han aumentado los accidentes de tráfico en un 33 por ciento más que el año pasado en las mismas fechas. En la comarca de Gerona hasta el día 18 de junio han muerto en accidente 48 personas", recuerda.

También seala que la mayoría de los siniestros se deben a errores humanos. "Por muy perfeccionada que esté la maquinaria, es el conductor el que ha de mantener el sentido y el equilibrio. Esto no se improvisa sobre la marcha, se ha de llevar dentro. Ha de venir de una educación diaria sobre los comportamientos éticos referentes a las personas, asumidos responsablemente".

Monseñor Camprodón indica que hay quien cumple la ley por temor a los agentes de tráfico, "que precisamente velan por la seguridad en las carrteras y la vida de los que por ellas transitan y también para los que no miran y se saltan la ley".

"La ética y el respeto a la vida propia y a la de los otros", añade el prelado, "no nace por generación espontánea, se adquiere por la reflexión. Los hechos, en este caso los accidentes, resultan aleccionadores cuando el hombre se para a reflexionar sobre ellos. De esto depende nuestra vida. Se dice que la manera de ser y de hacer de un conductor se revela cuando tienen el volante en las manos".

Asmismo, el obispo de Gerona valora positivamente los programas escolares sobre las normas de circulación, que "forman parte de la integración en el ambiente en que les ha tocado vivir", así como los anuncios de precaución de la televisión, la radio y la prensa.

Finalmente, monseñor Camprodón sale en defensa de los jóvenes, ya que afirma que cada vez son más los que habitualmente se abstienen de beber alcohol y más cuando tienen que conducir.