Esta pérdida de competitividad obedeció tanto a la apreciación de la peseta frente a los 16principales competidores de la OCDE como a un superior crecimiento de la inflación. Este segundo factor es el considerado como más "preocupante" por la Secretaría de Estado de Comercio.

La reducción de la competitividad afectó principalmente a las relaciones comerciales con los países no pertenecientes a la CE, especialmente Estados Unidos y Japón, ya que frente a los estados de la Comunidad mejoró por quinto mes consecutivo.

La mejora en relación a la CE respondió al estrechamiento del diferencil de inflación y a ligera depreciación de la peseta frente al ecu. La posición competitiva respecto a la Comunidad Europea es ahora la mejor desde noviembre de 1990.