El buen comportamiento en términos de precios relativos no ha logrado compensar la apreciación de la peseta en términos nominales, por lo que el resultado neto ha sido una pérdida de la competitividad vía precios de las ventas al exterior.

Así, el Indice de Precios Relativs (IPR), que muestra la evolución de la inflación española en relación a la media ponderada de los dieciséis países competidores, observa un ligero descenso de 3 décimas (106,2 frente a 106,5 en enero).

Con todo, este aumento reduce la habitual evolución en nuestro país en este indicador, ya que desde abril de 1992 mostraba tasas mensuales más elevadas.

La buena marcha de la relación de precios frente a los principales competidores se debe al mantenimiento de la tasa de inflación en España con repecto a enero, que junto a un crecimiento intermensual de los precios en el área de países de la OCDE del 0,4 por cien, ha provocado un estrechamiento del diferencial de inflación (1,48 frente a 1,53 en enero).

Por su parte, el segundo componente del ITC, el Indice Ponderado de la Peseta (IPX), que refleja las oscilaciones del tipo de cambio de nuestra moneda frente a un índice ponderado de las dieciséis divisas de éstos países, experimenta un aumento de 6 décimas.

Para el mes de marzo se prevé u comportamiento similar al de febrero, es decir, una ligera apreciación de la peseta y estabilidad en los precios.

Según Comercio, el resultado neto sobre el indicador de competitividad dependerá de cuál sea el efecto dominante, al tratarse de movimientos de signo contrario.