No obstante, aún es de un 0,7 por cien la mejora de la competitividad en los ocho primeros meses de 1991, un resultado que contrasta con la pérdida del 5,3por cien registrada entre enero y agosto de 1990.

El mal resultado de agosto fue consecuencia tanto del mal comportamiento de los precios relativos como de la apreciación global de la peseta en relación a los 16 países de la OCDE que la Secretaría de Estado de Comercio tiene en cuenta a la hora de elaborar el índice de tendencia de la competitividad.

El deterioro de los precios se produjo a pesar de que en agosto la inflación española fue del 0,6 por ciento, inferior a la registrada en el conjunt de los países de la CE y de la OCDE, pero superior a la de quienes más ponderan en el índice: Estados Unidos, Francia y Alemania.

APRECIACION DE LA PESETA

En cuanto a la peseta, contribuyó a la pérdida de competitividad de las exportaciones con una apreciación del 0,7 por ciento en relación a las divisas de los principales competidores comerciales de España.

La apreciación se produjo frente a todas las monedas que componen el índice, con la única excepción del escudo portugués. Se rompió así l tendencia apuntada desde marzo, en que la peseta venía ejerciendo una influencia positiva en la mejora de la posición exterior de nuestro país.

De acuerdo con el índice que elabora la Secretaría de Estado de Comercio, la competitividad exterior de la economía española ha conseguido detener la caída que inició en 1985 a partir de mayo de 1990, mes en el que estaba en el mismo nivel que ahora.

Desde entonces, la competitividad de las exportaciones se mantienen, con ligeras variaciones, en torno a n 20 por ciento por debajo del nivel registrado en 1985 y a más de 10 puntos de la existente en 1980.