Los registradores consideran que el mercado reclama precisamente "un endurecimiento de los controles", como han puesto de manifiesto acontecimientos recientes en el mercado de valores.

"La función del registrador, ejercida de modo independiente e imparcial, justifica la confianza del mercado inmobiliario y crediticio en el Registro. El saldo vivo del crédito hipotecario, cerca de 50 billones de pesetas (300.000 millones de euros), corrobora esta afirmación", subrayó Registradres de España.

Pero los registradores van más allá y piden que, como permiten la práctica totalidad de las legislaciones europeas, el ciudadano pueda elegir, en función de sus necesidades, el tipo de documento en que refleja sus negocios.

"En el ámbito del Registro de la Propiedad, en Portugal, Alemania, Inglaterra, Irlanda, Escocia, Italia, Bélgica y Grecia, las hipotecas pueden inscribirse en base a un documento privado o no notarial. En España, por el contrario, el paso por la notaría es obligdo para el ciudadano que desea disfrutar de los beneficios del Registro. Estas medidas implicarían, sin merma de la seguridad, una simplificación de trámites y un notable abaratamiento de costes", aseguran los registradores.