La muchacha murió asfixiada a manos de agentes de la Gendarmería cuando empleaban un método permitido por la ley, la denominada "técnica de la almohadilla", consistente en la colocación de una almohadilla sobre la cabeza para hacer frente a la resistencia de los detenidos.

Otros Estados uropeos también aplican "técnicas" diversas a la hora de deportar a inmigrantes ilegales. Así, en Francia, está prohibido drogar y amordazar a los expulsados, pero las fuerzas de seguridad suelen emplear cadenas en los tobillos y en las muñecas, según militantes de la Liga de los Derechos del Hombre. Las cadenas se mantienen durante todo el vuelo, lo que va en contra de todas las medidas de seguridad.

En el caso de Italia, donde el 80% de las demandas de asilo son rechazadas, lo normal es que el inmigante se dirija a otro país europeo -Alemania o Francia- cuando recibe la orden de expulsión. Según fuentes del Ministerio del Interior citadas por el diario "La Libre Belgique", los carabineros italianos nunca han empleado la técnica de la "almohadilla".

En el Reino Unido son las autoridades las que pagan el billete de avión. Si éstas consideran que el pasajero puede plantear riesgos durante el viaje, puede ser escoltado hasta su llegada. En algunos casos, es acompañado por un médico, que es el único ue puede ordenar la administración de sedantes.

En los Países Bajos, tercer país europeo en número de demandas de asilo -tras Alemania y el Reino Unido- no ha habido denuncias por malos tratos desde que se cambió la ley en 1993. Antes de esa fecha, se registraron casos de deportados acallados con cinta adhesiva.