El debate y votación del preámbulo, rechazado por los mismos grupos, puso el broche al dictamen de la Comisión, que mantiene la definición como "nación" aprobada por el Parlamento catalán, constata que la Constitución Española reconoce esta realidad nacional de Cataluña como nacionalidad, y establece que su autogobierno se fundamenta en la Constitución y los derechos históricos.

El portavoz del PP en el Congreso, Eduardo Zaplana, expresó su contundente rechazo al preámbulo y el resto de un Estatuto de Cataluña, que culmina hoy su trámite en Comisión para pasar a Pleno y al Senado, y advirtió de que con este texto se paga un precio demasiado alto por "este consenso parlamentario tan escasamente representativo como el que va a obtener este Estatuto".

Zaplana denunció que en la tramitación del texto han primado "las prisas y elegir la fecha menos inoportuna para el referéndum", con un acuerdo que hasta Maragall dice que fue "dudoso y precipitado", y advirtió de que con él "se han vulnerado las normas básicas de la convivencia".

"Digan lo que digan, los preámbulos son esenciales, porque justifican la razón de ser de una ley", prosiguió, y "obligan a los poderes públicos a seguir una política determinada". Además, el Estatuto es "la expresión de una Cataluña oficial en la que la mitad de los ciudadanos no se pueden sentir cómodos porque no son nacionalistas ni de izquierdas".

El portavoz popular subrayó, además, que la "legitimidad futura de este Estatuto está en cuestión, porque los nacionalistas no se cansan de decir que Cataluña es una nación, eso es lo que vamos a votar hoy, y el nacionalismo catalán hará valer lo que hoy aquí votamos".

Recordó que todos los anteriores presidentes de la democracia "supieron encauzar las pretensiones rupturistas que siempre nos han acompañado", mientras que con este Estatuto "se ha pedido lo que no se podía dar y el presidente ha hecho lo que no debía hacer", por lo que Zapatero ha pasado a "engrosar la lista de gobernantes mal preparados e incapaces de ver más allá de su mandato electoral".

NACIÓN, A PESAR DEL ESTADO

El presidente de ERC, Josep Lluís Carod-Rovira, recalcó que con la propuesta aprobada por el Parlamento de Cataluña se trataba de "acercar la legalidad a la realidad, que es tozuda y existe", y tal y como queda ahora el Estatuto "se reserva sólo la palabra nacional para hablar de una bandera y una fiesta".

Criticó que se haya propagado la "falsedad injusta de que Cataluña es un pueblo egoista e insolidario", y recalcó que está "cansada, porque sabe que hay naciones que existen gracias al Estado y otras a pesar de éste. El caso de Cataluña es ese, gracias a nuestro esfuerzo y no a las facilidades de los gobiernos de turno".

"Cuando las cosas se mueven tan poco es cuando se constata la inviabilidad de un proyecto plural", prosiguió. Han sido "demasiados esfuerzos, demasiados boicots, demasiado anticatalanismo" para un avance tan "exiguo", ante el que, "con todo el dolor del alma, ERC va a votar que no".

Concluyó que el preámbulo no va a ser el preámbulo "de un simple Estatuto, sino el preámbulo de una etapa futura. No se lo tomen como amenaza", continuó, sino como afirmación serena y democrática. "Los que hoy no quieren reconocernos como nación mañana deberán hacerlo como Estado".

MIEDO Y ODIO

En defensa del dictamen del Estatuto de Cataluña, el secretario general del Grupo Socialista en el Congreso, Diego López Garrido, aseguró que el texto que hoy se aprueba no es fruto de un "trágala", sino de una negociación, pese a la petición de algunos, en referencia al PP, de ni siquiera "debatirlo ni admitirlo a trámite".

Repitió la que tras diez sesiones de debate estatutario en la Comisión Constitucional se ha convertido en su frase de referencia: "es un texto impecablemente constitucional", y aseguró que con el pacto entre las fuerzas políticas se han preservado las funciones del Estado sin lesionar la voluntad del Parlamento de Cataluña.

Por lo que respecta a los puntos en los que la Comisión Constitucional no ha logrado un acuerdo con los representantes del Parlamento catalán, especialmente la gestión de puertos y aeropuertos, indicó que "no descartamos un acuerdo", pero será en otro marco ajeno al Estatuto, por lo que "esta vía está abierta".

La vicepresidenta del PSC, Manuela de Madre, dirigió sus críticas al PP, al que acusó de beneficiarse "del miedo y el odio" y contribuir a fortalecer el independentismo catalán, ya que provoca en ese pueblo una "desafección" de un proyecto plural común; como a ERC, a la que dijo que quienes están a favor del texto lo están con matices, pero quienes están en contra, simplemente lo rechazan de plano.

APOCALIPSIS O FRUSTRACIÓN

En nombre de CiU, Artur Mas apuntó que "hemos escuchado a los profetas del apocalipsis, y otros recordaban a los profetas de la frustración", al decir que nada se mueve, con lo que ambos, PP y ERC; "ponen sistemáticamente por delante el interés de sus partidos al del país, sea su país Cataluña o España", remarcó, porque "lo que estamos votando no tiene poco valor", pero tampoco "acaba con todo".

Emplazó a PP a que "no engañen a la gente, porque el Estatuto no entraña un cambio constitucional". Cuando se pretenda reconocer un Estado plurinacional no se hará con una reforma estatutaria, sino de la Constitución, avanzó, y entonces, "ustedes no sólo tendrán voz y voto, sino que tendrán la sartén por el mango, pero ahora no la tienen".

Les acusó de tratar de "momificar" España porque "no la entienden ni la aceptan como tal y como es. Saben que no es ni un Estado ni una nación monolítica. El precio de lo que quieren hacer es el inmovilismo puro y duro, siempre quedarse como uno está, y eso es retroceder, como los cangrejos". Avisó de que "hay un tren a punto de ponerse en marcha, o se suben o se quedan en la estación".

Por último, en referencia a ERC, Mas recomendó que, "si alguien quiere más, tiene que decirnos cómo hacerlo. Les invito a que lideren un proceso en el Senado para ir más allá en el reconocimiento nacional de Cataluña, pero que sean honestos consigo mismos y con el pueblo al que dicen representar".

"DE POLÍTICA A TEOLOGÍA"

El coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, subrayó que el Estatuto es la "derrota del PP", que ha pasado "de la política a la teología, al intentar hacernos creer que son angelicales" y dedicarse a promulgar "la verdad revelada" y seguir una "estrategia del poder fáctico, tratar de subvertir la propuesta, con el intento de convertir al Constitucional en una especie de azote del Congreso"

Se felicitó de que "los sectores progresistas y las fuerzas nacionalistas se unen a este impulso renovador y regenerador del modelo democrático de nuestro país", aunque "esta victoria no colma nuestras aspiraciones, porque buscamos un modelo federal más participativo. No es una transformación radical de nuestro modelo de Estado, es un avance. No es el mejor Estatuto, pero mejora sustancialmente el Estatuto". El presidente de ICV, Joan Saura, remarcó que "el Estatuto contiene multitud de nuevos instrumentos y competencias que hacen frente a los problemas de la gente", reiteró que "queremos una financiación mejor que continúe siendo solidaria, y una relación con el Estado distinta, que no inexistente, incluso más fuerte".

En cuanto al preámbulo, concluyó que "reconoce la voluntad del pueblo catalán de definirse como nación, dice claramente que esta realidad nacional se reconoce en la Constitución como nacionalidad, y por primera vez en la historia de Cataluña el pueblo va a votar en referéndum que Cataluña es una nación", además de contribuir a que "este Estado, más allá de las denominaciones, funcione".