Investigación

La combinación de técnicas poco invasivas predice el riesgo de recaída en pacientes con mieloma múltiple sin recurrir a aspirados de médula ósea

MADRID
SERVIMEDIA

Investigadores del Cima y de la Clínica Universidad de Navarra demostraron que la combinación de dos técnicas mínimamente invasivas permite predecir el riesgo de recaída tras el tratamiento en pacientes con mieloma múltiple, un tipo de cáncer de la sangre, sin recurrir a los aspirados de médula ósea.

Según informaron el Clima y la Clínica Universidad de Navarra este martes, los avances en la investigación permitieron el desarrollo de nuevos tratamientos y una mejora “notable” de la esperanza de vida, que, incluso, puede llegar la curación.

Este nuevo contexto conllevó un cambio de paradigma en el tratamiento, que se centra en el estudio de la enfermedad mínima residual (EMR) de manera individualizada. Para ello, el seguimiento de la cinética de EMR “exige” la realización de estudios con mucha frecuencia y durante periodos de tiempo cada vez más largos. Los estudios de EMR se hacen en médula ósea, un procedimiento poco factible si se ha de realizar muchas veces, ya que es “invasivo y doloroso para el paciente”, apuntó el codirector del Programa de Hemato-Oncología del Cima, integrado en el Cancer Center Clínica Universidad de Navarra, Bruno Paiva.

El desarrollo de técnicas mínimamente invasivas facilitó el estudio de EMR en sangre periférica. La principal ventaja es la mejoría de la calidad de vida del paciente. Pero, además, en este estudio comprobaron que un resultado de EMR positivo en la sangre “pronostica un riesgo de progresión muy alto”.

Por lo tanto, su análisis podría ser “muy útil” para orientar estrategias de intervención precoz antes de que progrese la enfermedad. Los resultados se publicaron en el último número de la revista científica 'Journal of Clinical Oncology'. En este trabajo se analizaron 138 pacientes con mieloma múltiple candidatos a trasplante tratados en el ensayo clínico español Pethema Gem2014main.

Igualmente, el estudio, realizado en el marco del CIBER de Cáncer (Ciberonc), contó con financiación pública del Instituto de Salud Carlos III. Por su parte, recibió la ayuda de instituciones privadas como Iberdrola, a través de la Asociación Española Contra el Cáncer, de la Fundación CRIS contra el Cáncer y de la Riney Family Foundation.

(SERVIMEDIA)
15 Oct 2024
AGG/gja