Ante el peligro que supnía la posible rotura de alguno de los envoltorios, la policía decidió su traslado al Hospital Gregorio Marañón, donde, poco después de su ingreso, el presunto traficante expulsó 100 bolas con un total de mil gramos de cocaína de gran pureza.

Lorenzo Sierra, que llegó a Barajas en un vuelo procedente de Bogotá, carece de antecedentes en España. Según las primeras investigaciones, era utilizado como "correo" por alguna organización delictiva radicada en Colombia.

Su misión era transportar la droga que posteriormente sería distribuida por otros miembros de la red. Sierra pensaba regresar inmediatamente a su país de origen, ya que tenía un pasaje con el recorrido Bogotá-Madrid-Bogotá.