Según informó este jueves el organismo, con este cálculo de las emisiones de gases de efecto invernadero se convierte en uno de los primeros colegios profesionales de España en registrar su huella de carbono. Este certificado supone “un factor diferencial y de compromiso con la sostenibilidad”.

La certificación del cálculo de la huella de carbono determina cuáles son las emisiones directas e indirectas a través de la definición de tres alcances. El primero hace referencia a emisiones directas como las que provienen de la combustión en calderas o vehículos que son propiedad o están controladas por la entidad.

El segundo analiza las emisiones generadas por la electricidad consumida y comprada por la institución. El objetivo de este registro de huella de carbono, compensación y proyectos de absorción de dióxido de carbono es fomentar que las organizaciones públicas y privadas colaboren en la mitigación del cambio climático, mediante la cuantificación de sus emisiones y la puesta en marcha de planes de reducción y compensación de estas.

El presidente del Icogam, Fernando Santiago, aseguró que “esta certificación es la forma que tenemos los Gestores Administrativos de aportar nuestro grano de arena para aumentar la conciencia medioambiental y la lucha contra las emisiones que provocan el cambio climático”.

“Somos el colectivo que más trámites telemáticos hacemos ante nuestras administraciones y por eso tratamos de reducir a cero la generación de papel y limitar al máximo nuestras emisiones”, añadió Santiago.