Según informaron las asociaciones conservacionistas, el recurso se ha presentado porque consideran que el embalse produciría un grave impacto medioambiental, dañando gravemente un paraje natural de gran valor, donde habitan especies en peligro de extinción, com el lince, la nutria o la cigüeña negra.

Para la CODA, federación que agrupa a 180 organizaciones ecologistas de todo el Estado, la utilidad del embalse "es más que dudosa", pues se planteaba inicialmente para el abastecimiento a unos regadíos que iban a crearse en la zona, pero que ya han sido descartados.

También se planteaba como una medida para luchar contra las avenidas de agua en Ciudad Rodrigo (Salamanca), un problema que, según los ecologistas, podría solventarse recreciendo los diques exstentes a lo largo del río en esa ciudad, solución con un coste ambiental y económico menor.

CODA y ADECO consideran que el proyecto de construcción del embalse "infringe claramente la normativa ambiental vigente" y sólo beneficiaría a las empresas constructoras que llevarán a cabo las obras, que tendrían un presupuesto de 6.000 millones de pesetas.

Ambas organizaciones han anunciado que continuarán con las acciones legales y de protesta que estimen necesarias para conseguir que el proyecto de costrucción del embalse de Irueña sea definitivamente desechado.