El máximo responsable del sector del porcino de COAG, Josep Puigpelt, explicó que de esta cantidad, sólo unas 62.000 toneladas de carne -aproximadamente un millón de cerdos- son destinados a la exportación, mientras que los restantes 35 millones de animales van a parar al consumo interno.

COAG cree que la producción del sector se ha disparado y ha provocado la caída de precios, que actualmente están en torno a 110 pesetas el kilo, mientras el precio de coste de producción se sitúa por encima de las 140 pesetas.

Para salir de esta situación, COAG propondrá al Minsterio de Agricultura que emprenda una reforma del sector, sobre todo en el sentido de regular la producción.

Esta organización agraria solicitará que se limite la capacidad de producción de las explotaciones y se las obligue a situarse en torno a las 800 cerdas de cría, para favorecer así a todos los ganaderos y evitar la proliferación de los grandes productores, que tienen en la actualidad granjas de 10.000 cerdas reproductoras.

Además, COAG apela al impacto mediambental negativo de las grandesexplotaciones y considera que el futuro debe pasar por pequeñas granjas que sean muy productivas y cuenten con toda la tecnología de cría y también de respeto al medio ambiente.

Finalmente, Puigpelat denunció que hoy en día cada ganadero está ingresando unas 12.000 pesetas por cerdo vendido (de unos 100 kilos de peso), mientras que esta venta genera unos ingresos de hasta 60.000 pesetas. La diferencia de algo más de 45.000 pesetas se pierde en los intermediarios.