Clima

El CO2 atmosférico crece al ritmo más rápido en la historia de la humanidad, según la ONU

- Los gases que atrapan el calor baten un nuevo récord histórico en 2023

- La concentración atmosférica de dióxido de carbono es la más alta en al menos tres millones de años

- “Esto debería hacer saltar todas las alarmas entre las instancias decisorias”, apunta la Organización Meteorológica Mundial

MADRID
SERVIMEDIA

Los niveles atmosféricos de los tres gases de efecto invernadero que atrapan el calor en la atmósfera (dióxido de carbono, metano y óxido nitroso) alcanzaron el año pasado nuevos niveles récord, lo que condena al planeta a muchos años de aumento de las temperaturas, y el crecimiento del CO2 durante los dos últimos decenios es el más elevado en la historia de la humanidad.

Así se recoge en 20º 'Boletín de gases de efecto invernadero', que publica anualmente la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y que esta agencia de la ONU especializada en el tiempo, el clima y el agua hizo público este lunes, dos semanas antes de que el próximo 11 de noviembre comience la 29ª Cumbre del Clima -conocida como COP29- en Bakú (Azaerbaiyán).

Ese boletín de la OMM -uno de los informes anuales más emblemáticos de esta agencia- informa de las concentraciones atmosféricas de los gases de efecto invernadero de larga duración y no tiene nada que ver con las emisiones.

Se entiende por emisión la cantidad de gases que se liberan a la atmósfera y por concentración o abundancia atmosférica lo que se queda en la parte gaseosa de la Tierra tras la absorción de gases que realizan los océanos y la biosfera.

El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) ya dio a conocer la semana pasada que las emisiones de gases de efecto invernadero alcanzaron el máximo histórico en 2023, al subir un 1,3% respecto al año anterior hasta alcanzar las 57,1 gigatoneladas de CO2 equivalente.

Algo menos de la mitad de las emisiones de CO2 permanece en la atmósfera, el océano absorbe algo más de una cuarta parte y los ecosistemas terrestres, algo menos de u 30%, aunque existe una considerable variabilidad interanual por fenómenos naturales como El Niño y La Niña.

INCENDIOS

Según el nuevo boletín de la OMM, la acumulación de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera “nunca antes en la historia de la humanidad” había sido tan rápida, puesto que el aumento fue de un 11,4% en solo dos decenios, esto es, de 377,1 partes por millón (ppm) en 2004 a 420,0 el año pasado.

El aumento de las concentraciones de CO2 durante el año pasado se debieron a las emisiones causadas por incendios forestales y una posible reducción de la absorción de carbono por parte de los bosques, combinado con unas emisiones elevadas por la quema de combustibles fósiles para actividades humanas e industriales.

En 2023, el promedio mundial de la concentración en superficie de CO2 alcanzó 420,0 ppm. En el caso del metano (CH4) se situó en 1.934 partes por 1.000 millones (ppmm) y en el del óxido nitroso (N2O), en 336,9 ppmm. Se trata de aumentos respecto a los niveles preindustriales (antes de 1750) del 151%, 265% y 125%, respectivamente.

“CÍRCULO VICIOSO”

La última vez que se registró en la Tierra una concentración de CO2 comparable fue hace entre tres y cinco millones de años. Entonces, la temperatura era de dos a tres grados más cálida y el nivel del mar, entre 10 y 20 metros superior al actual.

"Otro año, otro récord. Esto debería hacer saltar todas las alarmas entre las instancias decisorias. No hay duda de que estamos muy lejos de cumplir el objetivo del Acuerdo de París de mantener el calentamiento global muy por debajo de 2 °C con respecto a los niveles preindustriales y tratar de limitar el aumento de la temperatura a 1,5 °C con respecto a esos niveles", según Celeste Saulo, secretaria general de la OMM.

Saulo añadió: “No son meras estadísticas. Cada parte por millón y cada fracción de grado de incremento de la temperatura conllevan consecuencias reales para nuestras vidas y nuestro planeta”.

"Corremos el riesgo de vernos atrapados en un círculo vicioso. La variabilidad natural del clima desempeña una importante función en el ciclo del carbono. Pero, en un futuro próximo, el propio cambio climático podría convertir los ecosistemas en importantes fuentes de gases de efecto invernadero”, indicó Ko Barrett, secretaria general adjunta de la OMM.

Barrett precisó: “Los incendios forestales podrían liberar más emisiones de carbono a la atmósfera, mientras que el aumento de la temperatura de los océanos podría reducir su capacidad de absorción de CO2. Por tanto, se podría acumular más CO2 en la atmósfera y acelerar el calentamiento global. Estas retroalimentaciones climáticas son retos críticos para la sociedad".

De 1990 a 2023, el forzamiento radiativo -esto es, el efecto de calentamiento del clima- causado por los gases de efecto invernadero de larga duración aumentó un 51,5%, con el CO2 como responsable de cerca del 81% de esa subida.

Mientras continúen las emisiones, los gases de efecto invernadero seguirán acumulándose en la atmósfera, con la consiguiente subida de las temperaturas mundiales. Aunque las emisiones se redujeran rápidamente hasta alcanzar el cero neto, el nivel de temperatura observado actualmente persistiría durante varios decenios porque el CO2 es un gas que permanece en la atmósfera durante períodos extremadamente prolongados.

DIÓXIDO DE CARBONO

El CO2 es el principal gas de efecto invernadero de larga duración en la atmósfera relacionado con las actividades humanas, sobre todo por la quema de combustibles fósiles y la producción de cemento. Contribuye un 64% al calentamiento del clima.

Las concentraciones mundiales medias de CO2 alcanzaron el año pasado un nuevo máximo anual de 420,0 ppm, es decir, 2,3 más que en 2022 y un incremento inferior al de los tres años anteriores. Por 12º año consecutivo, la subida anual superó las 2,0 ppm.

El aumento se debió a la quema de combustibles fósiles, si bien los incendios forestales generaron un 16% más emisiones mundiales de carbono respecto a la media, el séptimo valor más elevado desde 2003.

METANO

El CH4 es el segundo gas de efecto invernadero de larga duración más importante. Permanece en la atmósfera durante cerca de un decenio y contribuye al forzamiento radiativo en un 16%.

Es el causante de cerca del 16 % del efecto de calentamiento provocado por los gases de efecto invernadero de larga duración. Alrededor de un 40% del metano que se emite a la atmósfera procede de fuentes naturales (por ejemplo, humedales y termitas), mientras que el 60% proviene de fuentes antropogénicas (cría de ganado, cultivo de arroz, explotación de combustibles fósiles, vertederos y quema de biomasa).

El aumento de la concentración de CH4 en la atmósfera en 2023 fue menor al de 2022, pero alcanzó un nivel sin precedentes para el quinquenio. Hubo un incremento desde fuentes como los humedales y la actividad agrícola.

ÓXIDO NITROSO

El N2O es un potente gas de efecto invernadero y, al mismo tiempo, una sustancia química que agota la capa de ozono. Es el causante de cerca de un 7% del forzamiento radiativo provocado por los gases de efecto invernadero de larga duración.

Las emisiones de N2O a la atmósfera provienen de fuentes naturales (el 57%) y de fuentes antropogénicas (un 43%), como océanos, suelos, quema de biomasa, uso de fertilizantes y diversos procesos industriales. Cabe citar, por ejemplo, los océanos, los suelos, la quema de biomasa, el uso de fertilizantes y diversos procesos industriales.

El aumento entre 2022 y 2023 fue inferior al observado entre 2021 y 2022, que resultó ser el mayor jamás registrado en la historia moderna.

(SERVIMEDIA)
28 Oct 2024
MGR/clc