Estas barreras, denominadas comúnmente "murallas chinas", deben separar las distintas áreas de actividad dentro de la entidad, de manera que cada una de ellas efectúe sus funciones de manera autónoma y se eviten conflictos de intereses. Así, en cada área las decisiones se deben tomar por directivo sin acceso a la información privilegiada o reservada.

La CNMV recomienda al respecto la creación de personalidades jurídicas separadas o de barreras físicas, como factores que pueden reforzar la efectividad de las "murallas chinas".

Esta entidad insiste en que estos instrumentos contribuyen a evitar que la información reservada sea utilizada de forma abusiva dentro de las entidades de crédito o de valores.

La circular remitida por Fernández-Armesto contiene una serie de detallados consejos elativos a la redacción de reglamentos internos de conducta y a la implantación de controles de cumplimiento normativo.