Meroño explicó que la CNE "no tiene poder suficiente" para hacer efectivas las condiciones que se habrían establecido en caso de aprobar la fusión, por lo que ésta sería irreversible aunque no se cumplieran los requisitos impuestos.

A este respecto, enumeró las condiciones que se podrían haber establecido a la empresa resultante, tales como la total separación de los patrimonios entre actividades reguladas y de competencia, la garantía de financiación de la operació sin afectar a las actividades reguladas, el cumplimiento del plan de inversiones hasta 2006 de Iberdrola y el desarrollo de la red eléctrica y gasista en España.

"Si en el 2005 la nueva compañía incumpliera alguna de las condiciones, no podríamos exigir ningún tipo de multa coercitiva y la anulación de la autorización sería en la práctica papel mojado", apuntó Meroño.

Asimismo, afirmó que "todos" los consejeros de la CNE apreciaron "riegos significativos y efectos negativos" en la operación, queafectaban a la separación de actividades (reguladas y libres), al cumplimiento de los planes de inversión y al desarrollo homogéneo de las redes de distribución de gas y electricidad.

Finalmente, Meroño reconoció que, en un principio, consideró que la OPA debía autorizarse con condiciones rigurosas y justificó su cambio de opinión en la imposibilidad de "hacer cumplir los requisitos necesarios".

PSOE, CIU Y PNV

Por su parte, la portavoz socialista en la Comisión de Economía y Hacienda, Arantxa endizábal, calificó la situación de "salto al vacío" al considerar que el reconocimiento de la "incapacidad" del CNE para establecer garantías en este tipo de operaciones "ensombrece sus decisiones futuras".

Además, manifestó "sospechas más que fundadas" sobre la intervención del Gobierno, en concreto de representantes del Ministerio de Economía, en el proceso de deliberación de la CNE, por lo que cuestionó la independencia de la citada Comisión.

Finalmente, los portavoces de Economía de CIU y PN, Josep Sánchez Llibre y Pedro Azpiazu, respectivamente, coincidieron con las críticas socialistas a la independencia de la CNE y reiteraron "el espíritu político" del veto a la OPA.