Agregó que Barcelona "no podrá iniciar un nuevo gran proyecto hasta que no se acaben las cinco grandes obras en las que se está trabajando actualmente: la ampliación del puerto, la del aeropuerto, la de la feria de Barcelona y la construcción de una nueva línea de Metro y del tren de alta velocidad".

Según Clos, "es necesario que el Estatuto garantice doblar los sistemas de movilidad de cercanías de 150.000 a 250.000 pasajeros, un proyecto de futuro imprescindible para garantizar la convivencia en la región metropolitana y evitar el colapso de la ciudad".

El mandatario de la Ciudad Condal hizo estas declaraciones durante su participación en un ciclo especial sobre el Estatuto de Cataluña organizado en Barcelona por Nueva Economía Fórum, en el marco del Foro de la Nueva Economía.

Por otro lado, el alcalde barcelonés consideró que el Estatuto "deberá asegurar la apuesta de Cataluña en lo que a centros científicos y de investigación se refiere".

En su opinión, "éstá será la única manera de seguir recibiendo ayudas de la Unión Europea, puesto que España ha dejado de ser un país pobre y por tanto debe empezar a actuar como lo que es, un país que ha crecido por encima del promedio del resto de Estados de la UE".

"En este terreno es donde nos jugamos la firmeza de la prosperidad, y para poder evolucionar deberíamos pasar del 1% del PIB que hoy se invierte en investigación al 3%", agregó el alcalde.

Joan Clos destacó también la importancia de la implicación del sector privado y su inversión en el desarrollo tecnológico en Barcelona, "sin olvidar el respaldo público, puesto que se trata de un ámbito en el que ambos sectores deben trabajar conjuntamente".

IBERIA

El alcalde también se refirió al recorte de vuelos de Iberia en el aeropuerto de El Prat y señaló, a este respecto, que "España todavía no tiene una ley de aeropuertos y el sistema que sigue es de tradiciones vinculadas a Iberia, Aena y Aviación Civil, todas ellas con sede en Madrid, y procedentes del antiguo régimen".

Sobre este mismo asunto, Clos añadió que "Iberia no mejorará su coste de explotación dejando de volar a Barcelona. No puede ser que se utilice una inversión pública en beneficio de una compañía privada".

"La gente seguirá viniendo a Barcelona; si no lo hacen con Iberia, lo harán con cualquier otra compañía", continuó. "Lo que me preocupa no es esto, sino las decisiones irracionales".

Concluyóreclamando "un sistema de aeropuertos adecuado a las nuevas necesidades derivadas de la economía de la globalización, y esto pasa por la descentralización".