Borrell, que ha escrito una carta a Clinton deseándole una pronta salida de esta "pesadilla", explicó en los pasillos del Congreso que desea así tomar posición "ante un acontecimiento que me procupa como demócrata".

"Con eso no hago sin sumar mi voz a la de otras personalidades políticas y del mundo cultural e intelectual que han expresado su preocupación por lo que es una deriva en mi opinión peligrosa para la democracia", dijo Borrell.

Con esta carta, a la que no espera respuesta, pretende "dejar constancia del rechazo que me producen determinadas derivas judiciales que, en mi opinión, vulneran el derecho a la intimidad" y son una "instrumentación de la justicia, de procedimientos en principio pensados para otra cosa, al servicio e una actitud inquisitorial que ciertamente, como ciudadano y como demócrata, repruebo".