Así lo manifestó hoy en la capital gallega Richard Lacasse, director de Comunicaciones de la OCPM, al término de la reunión del consejo de administración de este organismo.

El vicepresidente de la OCPM y alcalde de Qosqo (Peú), Daniel Estrada Pérez, dijo que esta organización reivindica la dotación de un fondo con una parte de los intereses de la deuda externa de los países del Tercer Mundo, fondo que debería estar a disposición de los alcaldes para hacer frente a las necesidades de protección del patrimonio mundial en lugares donde los recursos propios son insuficientes para garantizar la conservación de un legado que pertenece por igual a toda la humanidad, subrayó.

Estrada Pérez reconoció que una iniciativa de este caibre debería encontrar un tratamiento en el seno de las Naciones Unidas. También se refirió a una iniciativa de la Unesco para preparar información computerizada sobre el patrimonio mundial: "Si esto se logra debería instaurarse en los colegios de todo el mundo, como educación obligatoria, un curso destinado a conocer el patrimonio".

Daniel Estrada también destacó como necesario evitar que durante conflictos bélicos se destruyan ciudades de gran valor histórico y patrimonial, y citó como ejemplo de loque no debe ocurrir el caso de Dubrovnik. "Debe haber ciudades a salvo de bombardeos en caso de conflictos bélicos", señaló.

En el encuentro de Santiago el consejo de administración de la OCPM asumió el compromiso de debatir en la asamblea general que las ciudades patrimonio mundial celebrarán en Bergen e finales del próximo mes de junio la necesidad de implantar la solidaridad entre los modos de actuar, para defender los cascos históricos de las presiones de tráfico, de la polución o del urbanismo. También estuvo presente en Santiago el alcalde de Mérida, Antonio Vélez, quien reclamó la solidaridad de la OCPM para las ciudades con conjuntos arqueológicos o edificios que forman parte del patrimonio mundial aunque no disfrutan de tal declaración como ciudades.