Así consta en el informe "Una Universidad al servicio de la sociedad", presentado hoy por el presidente del Círculo, Claudio Boada, junto con el presidente de la Comisión de Educación del Círculo de Empresarios, Alberto Terol.

Si las tasas que pagan actualmente los estudiantes cubren un 10% del gasto por universitario, la propuesta del Círculo pasa por incrementarlas, para lograr una Universidad "de excelencia y calidad". Añade que han de ser las propias universidades las que, como organismos autónomos, decidan en qué porcentaje aumentar esas tasas.

A cambio, el documento propone un sistema de becas más amplio, que cubra la movilidad del estudiante a otros países o regiones. Estas becas serían sólo para los estudiantes que, no disponiendo de medios económicos suficientes, demostraran merecer estas ayudas, no para "los que repiten durante quince años".

Según este informe, para lograr una universidad autónoma y de calidad, más cercana al modelo anglo-americano (en el que la financiación privada es muy superior), es necesario mejorar la relación entre universidad y empresa.

Actualmente, "sólo un 15% de las empresas españolas recurre a la universidad para realizar proyectos específicos de investigación".

La idea que defiende el Círculo de Empresarios es ampliar la financiación pública y, además, lograr fondos de la empresa privada, a través de contratos. Las universidades prestarían un servicio a la empresa privada, y cobrarían por ello.

Esta colaboración serviría además de aprendizaje a los estudiantes, como paso preparatorio a su llegada al mundo laboral. El informe apuesta, además, por reforzar el trabajo práctico y personal del alumno, frente a las clases teóricas.

En cuanto a la gestión de las universidades, el Círculo propone que los rectores no procedan, necesariamente, del mundo de la enseñanza. Cree más adecuado que sean "gestores", capaces de dirigir la universidad desde un punto de vista más empresarial.

A su juicio, se conseguiría así tener universidades más especializadas en áreas concretas, más ajustadas a lo que demanda la empresa española y más competitivas.

Desde el Círculo se defiende que la reforma de la ley universitaria y el Espacio Europeo de Educación Superior supone "un paso adelante", pero no suficiente.

Para Boada, la universidad española "no funciona satisfactoriamente" y, en los rankings internacionales de calidad universitaria las españolas nunca ocupan las primeras posiciones.