El estudio, realizado por Vicenç Fisas y titulado "Medidas para controlar el comercio de armas", afirma que es urgente restringir estasoperaciones comerciales, que están alcanzado unos niveles desorbitados.

El comercio internacional de armas movió en el año 1988 un total de 48.640 millones de dólares, según Fisas, quien agrega que "la guerra del Golfo puso en evidencia uno de sus efectos más nocivos, ya que Irak, aliado de Occidente y de las monarquías árabes, se había dotado durante una década de armas de muy diversos orígenes, especialmente soviéticas y occidentales, incluidas armas químicas, así como de la tecnología necesaria par fabricarlas".

En opinión de las dos organizaciones, es posible controlar las exportaciones de armas, aunque para ello "se requiere de la necesaria voluntad política de cada uno de los gobiernos occidentales", motivo por el cual han remitido a los grupos parlamentarios el estudio.

"Es preciso dar pasos urgentes desde los países que exportan armamento para detener la proliferación de armas convencionales o de destrucción masiva e indiscriminada, con independencia del ritmo que puedan adoptar otrasmedidas dirigidas a reducir el militarismo y el rearme internacional", agrega Vicenç Fisas.

Aprovecha también para recordar que la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó una resolución en 1988 en la que afirma que la comunidad internacional debe prestar especial atención al comercio de armas, por sus efectos en zonas de tensión, por su impacto económico negativo y porque incrementan el tráfico ilícito.

En su estudio, Fisas propone, entre otras medidas, crear un registro internacional sobr transferencia de armas, establecer normas legislativas comunes, restringir la reventa, crear mecanismos eficaces de control y verificación, establecer un régimen de sanciones, poner límites al volumen exportador de las superpotencias y prohibir el uso de crédito de ayuda al desarrollo para la compra de armas.