Romero explicó que la conversión del cine tradicional en multicines ha llevado a los empresarios a cumplir estrictamente la normativa vigente sobre supresión de barreras arquitectónicas, ya que de lo contrario los colegos de arquitectos no darían el visto bueno a su apertura.

Indicó que tanto los cines remodelados en multisalas como los de reciente construcción cumplen con la normativa vigente en cuanto a rampas de acceso a las salas y servicios urinarios destinados a las personas con movilidad reducida.

Además, recordó que la federación de empresarios de cine envió una circular a los propietarios de los cines establecidos antes de esa normativa, con el fin de que adaptaran sus salas al acceso de las personas cn discapacidad física.

Rafael Romero añadió que la mayoría de esos cines han hecho accesibles a los minusválidos sus salas y aquellos que no lo han hecho ha sido por falta de espacio.