CINCO OFICIALES DE LAS FAS SAVARON SUS VIDAS AL NO VIAJAR EL LUNES EN LA FURGONETA CONTRA LA QUE ATENTO ETA
- La familia norteamericana con la que estaba viviendo el hijo del capitán de fragata Domingo Olivo viajó con él a Madrid
- Tres de los oficiales tenían como misión la coordinación de la "Agrupación Canarias", en misión de paz en Bosnia
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Al menos cinco oficiales de las Fuerzas Armadas salvaron milagrosamente sus vidas al no viajar por diferentes motivos en la furgoneta contra la que la banda ETA hizo explosionar un coche-bomba en la calle de Joaquín Costa, asesinando a siete personas -cinco oficiales, un sargento y un civil-, informaron a Servimedia fuentes militares.
La furgoneta marca "Nissan Vanette" conducida por Pedro Robles, un funcionario civilcontratado por el Ministerio de Defensa, recogía habitualmente a unos doce pasajeros, todos ellos residentes en diferentes colonias militares de Alcalá de Henares. Tan sólo el sargento de la Armada Manuel Calvo vivía en un piso de su propiedad en la calle Coruña, retirada de las viviendas militares.
El destino del vehículo era la sede del Estado Mayor de la Defensa, en la calle de Vitruvio. Unicamente el teniente coronel de Aviación Juan Romero iba a otro lugar, el Centro de Estudios Superiores de la efensa (CESEDEN), donde era profesor.
Entre quienes no subieron la mañana del lunes 21 en la furgoneta camuflada, matrícula M-2431-MT (en su interior llevaba la placa militar ET-9136-C), están el teniente coronel de Aviación Rosillo, destinado hace un mes en Noruega; el teniente coronel Negro, enviado recientemente al Servicio de Normalización, y el alférez de navío Alfonso Manuel Pérez, que tuvo la enorme fortuna de tener guardia en la Segunda División el domingo y se quedó a dormir en el Estado Mayo.
Un teniente coronel que hace unas tres semanas había sido destinado a La Brigada Paracaidista y otro oficial, que fue a buscar su coche al taller, cuyos nombres se desconocen, completan las cinco personas que asiduamente utilizaban el vehículo objetivo del atentado.
De entre los restos del atentado, esta agencia pudo saber que los únicos objetos reconocibles han sido un paquete de documentos mecanografiados, de carácter militar, que quedaron parcialmente quemados y que una de las víctimas se haía llevado el fin de semana anterior para trabajar con ellos en su casa.
También se ha podido reconocer una cartera de bolsillo propiedad del teniente coronel Juan Romero y la tarjeta plastificada de identificación del conductor Pedro Robles.
Las fuentes militares de Defensa que informaron a Servimedia precisaron que las labores de identificación de los cadáveres fueron arduas y muy complicadas.
DIFICIL IDENTIFICACION
Nada más cometerse el atentado, el Estado Mayor de la Defensa supo que l furgoneta era una de las suyas. Amigos y compañeros de las víctimas se trasladaron a Joaquín Costa y allí tan sólo pudieron identificar los dos cuerpos que salieron despedidos de la furgoneta por la violencia de la explosión y que quedaron suspendidos sobre el paso elevado.
En el caso de otra de las víctimas, supieron de quién se trataba por las huellas dactilares de una mano, mientras que la identidad de las demás se pudo precisar por los historiales médicos y por las piezas dentales, que reconociern los estomatólogos que les trataban.
Esta agencia también ha podido conocer, entre los hechos con un alto grado de solidaridad humana, el que se refiere a uno de los hijos del capitán de fragata Domingo Olivo Esparza, Domingo Olivo de Miguel, de 18 años, que en la actualidad llevaba dos años viviendo con una familia norteamericana en Desmoines (Iowa), donde estudiaba.
Su madre le llamó personalmente para comunicarle la trágica muerte de su padre. Enterada, la familia americana con la que vivía -l matrimonio y tres hijos de corta edad- decidió viajar con él a Madrid para acompañarle en los funerales y posteriormente en el entierro que tuvo lugar ayer en la localidad murciana de Balsapintada, pedanía de Fuente Alamo.
Precisamente el capitán de fragata Olivo (estaba destinado en la cuarta División del EMACON) había estado anteriormente en la Estación de Radio de la Armada de San Torcaz, cerca de Alcalá de Henares, por lo que al cambiar de destino no quiso trasladarse a vivir a Madrid por no camiar el colegio de sus hijos y retirarles del círculo de amigos que habían hecho. Con antelación había sido el comandante de un submarino S-73 en Cartagena.
Las fuentes militares consultadas señalaron que los tenientes coronoles Dávila Garijo, Baro y Díaz de Figueroa y Carretero Sogel, destinados en la tercera División de Operaciones del Estado Mayor Conjunto (EMACON), tenían, entre otras misiones, la elaboración de planes y coordinación de las unidades militares españolas destinadas en misión de paz e Bosnia.
El capitán de Fragata Olivo estaba en la cuarta División, encargada de preparar la infraestructura logística de todas las operaciones en las que intervienen unidades de los tres ejércitos, u operaciones combinadas con la UEO y OTAN. El sargento Calvo Alonso pertenecía a la quinta División, que tiene como misión las comunicaciones y la guerra electrónica.
(SERVIMEDIA)
23 Jun 1993
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