Subdesarrollo

El cierre de colegios aumenta el riesgo de malnutrición de miles de niños en el Cuerno de África

MADRID
SERVIMEDIA

El cierre de los colegios por parte del Gobierno keniano contribuye a la malnutrición infantil que sufre el país, ya que muchos niños dependen de la comida que reciben en los centros educativos para sobrevivir.

Así lo ha denunciado la Fundación Pablo Horstmanne, que en un comunicado subrayó la labor que realizan en el Cuerno de África escuelas con sello español en la que se alimenta a miles de niños, tras la decisión del Ejecutivo de Kenia de decretar dos meses de periodo vacacional escolar por Navidad, desde el 25 de noviembre de 2022 hasta el 23 de enero de 2023.

La larga sequía que sufre el Cuerno de África ha provocado una dramática crisis alimentaria para la población. Los turkana, tribu de pastores nómadas que viven en una región al norte de Kenia, han perdido su ganado por la falta de lluvias durante dos años seguidos, y sufren un aumento alarmante de la malnutrición -del aproximadamente 40%- en niños menores de 5 años-.

“Han fallecido muchos ancianos, que son los más vulnerables. La malnutrición en los niños está subiendo muy rápido porque no tienen la leche que antes obtenían de las cabras”, declaró la misionera Ligia Girón que coordina 12 Escuelas Preescolares en la región, financiadas por la Fundación Pablo Horstmann (FPH).

“Los alumnos de los colegios públicos de Primaria vienen a nuestros centros preescolares en busca de comida porque nosotros no cerramos. Interrumpimos la educación, pero no la alimentación. Nuestras trabajadoras no niegan la comida a nadie, por lo que se ven obligadas a reducir la ración que dan a cada uno para que alcance para todos”, relató la hermana. Si en sus escuelas hay 2.160 alumnos matriculados de entre 2 y 7 años, actualmente “el número de niños que llega buscando comida es incontable”, confesó la religiosa.

El proyecto cuenta también con una clínica móvil que realiza una revisión completa a todos los alumnos trimestralmente y cada dos semanas a aquellos que sufren malnutrición severa aguda. Así, la tasa de malnutrición entre los alumnos de estos centros escolares ha descendido al 15%.

CONFLICTOS

Ligia Girón, misionera de origen ecuatoriano de las Hermanas Misioneras Sociales de la Iglesia lleva tres años viviendo en la región y once en Kenia. Relató que muchos turkana han emigrado hacia las zonas fértiles del sur de Etiopía y Sudán del sur, lo que ocasiona conflictos entre las tribus, porque “cada una defiende la supervivencia de sus animales”. Además, muchos roban cabras y camellos y vuelven a Turkana para venderlos.

La otra parte importante de la población que se dedicaba a la pesca, tampoco tiene para sobrevivir, ya que el nivel del agua del lago Turkana ha descendido 1.5 metros. Los pozos también se han secado: “Los vecinos se acumulan en los únicos pozos que siguen teniendo agua para abastecerse para la casa, la comida, etc. lo que genera conflictos entre ellos”, relató.

Además de esta región, otras cinco provincias de Kenia se han visto afectadas por la sequía. El Gobierno de Kenia ha tomado algunas medidas para paliar la hambruna, como la entrega de alimentos y cheques de efectivo a la población, y de comida para la supervivencia de las cabras. Y es que ante la gravedad de la situación, “los turkana prefieren que se muera un hijo a una cabra, ya que viven de ellas”, contó Girón.

Como las medidas gubernamentales son insuficientes, las misioneras, apoyadas por la fundación, pidieron auxilio a Manos Unidas para realizar una campaña contra la hambruna. Gracias a ella, entre septiembre y diciembre de 2022, las religiosas entregaron alimentos a 1.650 familias que viven en comunidades más aisladas de los centros de población.

(SERVIMEDIA)
15 Ene 2023
AHP/clc