El corredor, perteneciente al Grupo Deportivo Kelme, fue atropellado el pasado 16 de febrero por un vehículo cuando entrenaba junto a su hermano Ricardo, que falleció en el acto.

Según el parte médico, Javier Ochoa continúa con respiración espontánea, permanece si fiebre y en la actualidad no precisa tratamiento con antibióticos. A nivel neurológico, permanece con apertura ocular espontánea, pequeña movilidad de extremidades y obedeciendo a órdenes sencillas.

Debido a su mejoría, los médicos que le atienden se han planteado su traslado al citado hospital del País Vasco, de donde es natural el ciclista y donde reside su familia.