Los investigadores, de la Universidad Tampere en Finlandia, realizaron las pruebas a 16 personas que se consideraban adictas al chocolate y 15 voluntarios a los que les gustaba, pero no sufrían adicción.

Los científicos midieron el ritmo cardiaco de los sujetos y la cantidad de salivación, después de haberles presentado imágenes de choclate, haberles hecho oler un cuenco lleno de este producto y ofrecerles una barra a cada uno para que comieran lo que quisieran.

Las respuestas fisiológicas ante estos estímulos eran iguales en los dos grupos, pero los "chocoadictos" se mostraron ansiosos, excitados, y experimentaron sentimientos negativos, como la depresión. Además, comieron más chocolate, 112 gramos, frente a los 45 que consumieron los "no adictos".