En una rueda de prensa, Caldera reconoció que la ausencia del PNV de estos órganos es "un error que no hemos podido superar" y reiteró que, pese a defender su presencia "hasta el último momento", el PSOE se vio obligado a ceder para permitir la renovación.

Riteró que el rechazo del PP hacia Margarita Uría llevó a los negociadores a pedir al PNV una alternativa, pero esta formación optó por excluirse antes que proponer otro nombre.

Pese a reconocer que la situación creada no es buena, Caldera puso "en cuarentena" la advertencia del presidente del PNV, Xabier Arzalluz. "Es exagerada, está fuera de tono y no me merece demasiada credibilidad", afirmó.

De la misma forma, exculpó a su partido y al PP del malestar expresado por CiU. Insistió en que la coalción sólo proponía a militantes que no reunían el perfil necesario, y rechazaba los posibles candidatos "de consenso".

Caldera consideró que la advertencia de Xavier Trías sobre las consecuencias de esta marginación son "fruto de la excitación del momento" y fueron pronunciadas en un instante "de acaloramiento", pero no tendrán repercusión real ya que CiU ha demostrado su "responsabilidad" durante muchos años.