Los hechos que originaron el expediente contra Ruiz Polanco se remontan a principios de verano del año pasado, cuando el entonces fiscal jefe Antidroga, Juan Ortiz Urculo, denunció al juez por haber puesto en libertad bajo fianza de 25 millones de pesetas al presunto narcotraficante Alfredo Cordero.

El fiscal basó su denuncia en la supuesta relación de amistad del magistrado con el abogado Javier Morales, que tomó la defensa del presunto narcotraficante tras renunciar éste a su anterior letrao.

En el escrito que remitió al CGPJ, la Fiscalía Antidroga sostenía que existía "apariencia de familiaridad o amistad" entre el abogado Javier Morales y el juez, quien siempre negó este extremo. La Fiscalía consideraba que el magistrado debía ser apartado del caso y sugería que podría haber cometido un presunto delito de prevaricación.

La Comisión Disciplinaria abrió entonces un expediente a Ruiz Polanco por una falta muy grave. El presidente de la Sala Contencioso Administrativa de la AudienciaNacional, Eduardo Calvo, fue el encargado de investigar los hechos y consideró que el comportamiento de Ruiz Polanco fue correcto, por lo que no cabía sancionarle y sí archivar las diligencias.

Las faltas muy graves están castigadas con sanciones que van desde el traslado forzoso del juez expedientado hasta la suspensión en el ejercicio de sus funciones por un tiempo o incluso la separación de la carrera judicial.

Cuando surgió esta polémica, Ruiz Polanco desmintió de manera tajante que fuese amio del abogado de Cordero, asegurando que este extremo es "absolutamente falso" y que sólo conocía al letrado Morales de su paso por los juzgados de Pamplona. "En 16 años, habré visto al señor Morales un máximo de 6 veces", aseguró entonces el magistrado.

En cuanto a la velada acusación de que había cometido prevaricación, Ruiz Polanco señaló entonces que, si Urculo no estaba de acuerdo con la libertad bajo fianza de Cordero, podía habérselo dicho antes de acudir al CGPJ.