Como cuestión previa, celebra y agradece "la toma en consideración de nuestro escrito de propuestas formulado con ocasión del trámite previo de consulta pública (como las formuladas en torno a la realidad del teletrabajo o a un título propio para la organización de políticas públicas y mecanismos de garantía), pero sobre todo por lo que se refiere al reconocimiento expreso en la misma definición del objeto de la Ley (art. 1), sus objetivos (3.2 letra e) y sus principios rectores (art.4) así como a la plasmación a lo largo del articulado, del enfoque de interseccionalidad en el tratamiento de la igualdad de género (defendido igualmente por otros colectivos)".

Como ya manifestó en el trámite de consulta pública, el Cermi insiste en que "el principio que ha de presidir la futura Ley es la transversalidad y uno de los ejes fundamentales transversales de las políticas públicas ha de ser el enfoque de interseccionalidad", tal y como recoge el artículo 4.1b).

"Sólo esta construcción permite combatir, desde una ley general de igualdad de género, la invisibilidad de algunos colectivos de mujeres que estadísticamente se muestran más vulnerables a la discriminación en todos los ámbitos (laboral/salarial, social y de participación, educativo /formativo…) y menos permeables al cambio de roles y estereotipos que se añaden a los que ya las estigmatizan. Es el caso, por ejemplo, de las mujeres con discapacidad", argumenta el Cermi.

Considera que "el cambio de paradigma pasa por reconocer este vacío estructural que hace que el sistema no desarrolle y, lo que es más importante, no garantice, mecanismos específicos de protección reforzada frente a la discriminación así como acciones positivas de impulso, alejadas de la visión paternalista y/o capacitista y centradas en la valoración positiva de las diferencias, la adecuada provisión de apoyos y la accesibilidad universal".

Por otra parte, añade el Cermi, "la infancia y adolescencia ha de educarse en una igualdad 'inclusiva' y, en este sentido, especialmente las niñas con y sin discapacidad han de conocer referentes visibles de mujeres con discapacidad".

El enfoque de interseccionalidad, pese a las críticas de otros colectivos, es para Fundación Cermi Mujeres, Comisión Mujeres Cermi Comunidad Valenciana y para el Movimiento Cermi Comunidad Valenciana en general, "irrenunciable", apunta.

Aunque ya lo exponía en la consulta pública, el Cermi recuerda su posicionamiento: "En los últimos tiempos se ha criticado esta aproximación interseccional al sistema de discriminaciones, al considerarla una amenaza que desvirtúa la agenda feminista, ‘contaminándola’ con demandas ajenas. Sin embargo, para el movimiento de mujeres con discapacidad ha sido la herramienta estratégica utilizada desde el comienzo para hacer valer sus reivindicaciones, ya que permite alumbrar formas de exclusión patriarcal y capacitistas que de lo contrario permanecerían por siempre ocultas”.

No obstante, el Cermi considera que la Ley, "posiblemente, resulta excesivamente programática, echando en falta medidas de acción más concreta que aumenten su efectividad, sin perjuicio de que cuente con algunas de calado y con un régimen de inspección y sanción propio".

"Finalmente y, como condición previa para el ejercicio de los demás derechos de ciudadanía, seguimos incidiendo en la necesidad de hacer de la accesibilidad universal y del diseño para todas las personas, pieza nuclear de la igualdad real y efectiva, con carácter transversal", apunta.

El Cermi alerta de que el enfoque interseccional "perderá parte de su poder intrínseco para la discapacidad" si sus medidas no se apoyan en ambos principios contenidos tanto en la Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad como en todo el acervo normativo nacional y autonómico.

A partir de todas esas premisas, el Cermi detalla sus alegaciones y propuestas al articulado del Anteproyecto de Ley.