"Tengo la sensación de que, al terminar el ejercicio, estaremos en cifras de crecimiento cero en cuestiones de empleo y esto, en un país con el 16 por ciento de la población activa en paro, es muy preocupante", señaló.

A su juicio, la espiral precios-salarios es un "suicidio" del que son responsables los sindicatos. "Su comportamiento nos lleva a un callejón sin saliday a un distanciamiento mayor con Europa. Pedir más salarios implica, después, mayores precios y así, desde luego, no se resuelve el problema".

Jiménez Aguilar calificó de "absolutamente falso" el debate sobre el reparto de los beneficios empresariales y aseguró que en 1991 se ha producido una reducción en ellos, que ha afectado negativamente a la inversión y al empleo.

Sin embargo, el dirigente empresarial expresó su confianza en que la ralentización de la economía haya tocado fondo y en que la rcesión de los Estados Unidos no afecte gravemente a la economía española.

Agregó que en 1992 hay que "empezar a poner los mimbres para que en 1993 podamos empezar a ver un poco de luz", a lo que, en su opinión, no ha contribuido el Gobierno al reducir las inversiones en infraestructuras. "Eso no cabe en la cabeza de nadie", concluyó.