En una carta remitida al presidente del Gobierno, Felipe González, el líder de la patronal señala que esta es la fórmula pactada el pasado martes por la junta directiva y el consejo de presidentes de organizaciones territoriales de la CEOE, como la alternativa más aconsejable para que el IAE sea aceptado por los empresarios.

La propuesta de la CEOE se completa con la solicitud de aplazamiento de la enrada en vigor del IAE hasta el 1 de enero de 1993, a fin de "contar con un margen de tiempo suficiente para corregir los defectos del tributo y divulgarlo convenientemente".

Esta petición, según la CEOE, "es coherente con la manifestación efectuada por las autoridades del Ministerio de Hacienda, en el sentido de que el nuevo impuestono supondría un incremento de la presión fiscal".

"Nuestra propuesta", añade la patronal", acepta que el incremento pudiese llegar hasta un límite del 10 por cien com manifestación de nuestro deseo de colaboración con la Hacienda Pública". Hasta ahora, la CEOE había sugerido que el aumento debería ser igual a la inflación prevista por el Gobierno para 1992, del 5 por cien.

Por otra parte, la CEOE asegura que en la mayoría de los países europeos han sido suprimidos los impuestos de esta naturaleza y en los que todavía subsisten "se encuentran sometidos a una viva polémica que acabará provocando su desaparición a corto plazo".

A su juicio, "un impuesto que grav el mero ejercicio de una actividad y la superficie de los locales utilizados para ejercerla, sin relación alguna con los resultados, es un factor que atenta directamente contra la competitividad del aparato productivo de un país".