El informe señala que el dato más inquietante del primer cuatrimestre es la "tremenda caída de la inversión empresarial" y, en general, la desaceleración de la demanda, tanto de bienes de consumo duradero como de bienes de equipo.

No obstante, las expectativas de recuperación a medida que avance el año son claramente esperanzadoras entre los empresarios españoles, al igual que entre los de la mayoría de los países industrializados.

Para la CEOE, la estabiliad y moderación de los precios del petróleo y la reducción de los tipos de interés avalan esas expectativas. Sin embargo, advierte, "hay demasiados interrogantes por despejar. El desequilibrio de precios no es problema resuelto, mucho menos si queremos llevar nuestra inflación a tasas del orden del 3 por cien, que es la que se registra en el conjunto de países centrales de Europa dentro del Sistema Monetario Europeo".

Además, también resulta inquietante el aumento de los salarios, la presión del défict público sobre los mercados financieros y las rigideces y distorsiones que, a juicio de CEOE, subsisten en los ámbitos presupuestario, fiscal, laboral, financiero y energético.