El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) hizo un seguimiento integral del simulacro, tanto sobre el terreno como desde su Sala de Emergencias (Salem), según informó hoy.

Fundamentalmente, se ocupó de prestar apoyo a los responsables de la central en sus actuaciones para la recuperación de las condiciones de seguridad y, por otro lado, de asesorar al director del Plan de Emergencia Exterior en el proceso de toma de decisiones, recomendándole las medidas de protección radiológica que debían adoptarse.

El simulacro, iniciado a las 09:40 horas, se originó con el desbordamiento del embalse de Arrocampo, debido a fuertes lluvias, que afectó al edificio de turbinas de la unidad I de la central, motivando la parada automática de la planta.

Durante el ejercicio, se simuló también un incendio en la zona de salvaguardias, así como un aumento de los niveles de radiación en el recinto de contención, que en todo momento ha estado sellado y aislado del exterior.

El titular llegó a declarar la categoría III (Emergencia en el emplazamiento) de su Plan de Emergencias Interior. Durante todo el ejercicio, el Consejo se mantuvo en permanente comunicación con las autoridades involucradas en la resolución de la emergencia. Un suceso de esta naturaleza habría sido clasificado con un nivel 3 en la Escala Internacional de Sucesos Nucleares (INES).