Las principales causas de infracción son la falta de autorización específica para realizar el servicio de transporte escolar y el incumplimiento de los tacógrafos.

Por lo tanto, la CECU recomienda a los padres que se informen bien en los colegios y en caso de duda comprueben personalmente la seguridad de los autocares.

El vehículo debe contar con una licencia expedida por el ayuntamiento, comunidad autónoma o Ministerio de Industria en la que figuran entre otras cosas, el itinerario y las paradas; tarjeta de la ITV, y póliza del seguro complementario de responsabilidad civil de cobertura ilimitada por daños y perjuicios de las personas transportadas.

Además, los autocares deben cumplir las siguientes medidas de seguridad: llevar una señal indicativa del tipo de transporte, contar con un martillo rompecristales para casos de emergencia, utilizar un dispositivo luminoso de señal cuando los niños entren o salgan del vehículo, realizar la parada de oigen o destino dentro del recinto escolar o en su defecto dentro de las condiciones de seguridad más idóneas para el acceso de los escolares al centro.

Igualmente, el asiento del conductor debe estar protegido por una pantalla transparente y las puertas deben contar con un sistema de apertura y cierre automático, que no esté al alcance de los niños.