La Generalitat Valenciana estudia tomar medidas para sancionar a los padres que se desentiendan de sus hijos, cuando estos tengan un comportamiento violento en clase. Las acciones pasarían por retirar subvenciones o quitar ayudas para libros de texto, según publica ABC.

La portavoz de Ceapa explicó a Servimedia que, cuando un padre no se toma el suficiente interés en la educación de su hijo, y no toma medidas para frenar su conducta violenta en el aula, es labor del asistente social intervenir y ver por qué el padre no colabora.

En este sentido, recordó que, en muchas ocasiones, los agresores pertenecen a familias desestructuradas. Otras, los agresores son niños que "están pasando por una situación concreta que, a lo mejor, la familia desconoce".

A su juicio, nombrar a un tutor que se haga responsable del niño o que un asistente social se ocupe de informar y mediar con la familia, sería más efectivo que recurrir a "medidas drásticas que no aportan soluciones".

Además, insistió en que, antes de nada, es necesario lograr que haya más relación entre familias y centros educativos, y "que los padres se impliquen" más en la educación de sus hijos.

Junto a ello, "el centro debe asumir su corresponsabilidad", por ejemplo, no permitiendo que los chicos lleven el teléfono móvil al colegio, de modo que no lo puedan utilizar para grabar las agresiones.

Finalmente, Salvador consideró que la violencia escolar "es un problema", pero que "se está agrandando" a través de los medios de comunicación.