A su juicio, la cohesión económica y social con Europa requiere del mayor grado de consenso y acuerdo entre los interlocutores sociales y el Gobierno, por lo que "la negativa a la negociación demuestra la falta de de volutad negociadora y la miopía del Gobierno".

CCOO entiende asimismo que el objetivo oficial de situar el déficit público en el 1 por ciento del PIB para finales de 1997, dos puntos por debajo de lo exigido por la CE, refleja una posición de "papanatismo comunitario" que olvida las necesidades de desarrollo de España.

Este sindicato se pronuncia por la aplicación de una política que tenga como base de partida la reducción de los tipos reales de interés, el aumento de los presupuestos de la CE y una iscalidad que evite la competencia tributaria a la baja entre los "doce".

Para CCOO, el Plan de Convergencia elaborado por el Gobierno "supone un claro desequilibrio entre los objetivos de convergencia monetaria y los de cohesión económica y social, desequilibrio que puede amenazar la viabilidad del propio proyecto europeo y que puede conllevar un aumento de las desigualdades".