González elogió reiteradamente la capacidad del candidato socialista, Pasqual Maragall, para ver anticipadamente el futuro, y destacó el respeto que produce tanto en España como en ámbitos internacionales.

Recurrió constantemente al relato de anécdotas protagonizadas por líderes políticos o personalidades del mundo de la cultura de paises extranjeros para justificar su argumento de que Cataluña no puede tener "unas fronteras pequeñas", sino que debe abrirse al mundo, como única posibilidad paraseguir ejerciendo influencia y para permanecer como motor económico y cultural en Europa.

Relató, por ejemplo, que el Premio Nobel Gabriel García Márquez se interesó por conocer la idea de identidad nacional que tenía González y éste le explicó que la identidad en cualquier caso "debe ser incluyente y no excluyente".

"Yo no me siento orgulloso de ser andaluz, porque uno no elige donde le traen al mundo, pero este detalle acaba conformando nuestra identidad", indicó.

González recordó también na conversación con el ex presidente de la Comisión Europea Jacques Delors, quien le preguntó por qué Barcelona se había convertido en símbolo del avance y desarrollo de Europa, a lo que el ex presidente español respondió que Barcelona se ha transformado en uno de los pulmones de Europa "por su creatividad y productividad", los valores que mandarán en el siglo XXI.

En este punto, y para que no hubiera ninguna tentación de que su discurso se centrara en temas catalanes, recordó también que uno de los pntales tecnológicos del próximo siglo, como es Internet, estará en manos de Bill Gates, ante lo cual dijo que "estamos perdiendo el tiempo" y se hacen necesarios políticos que, como Maragall, tengan capacidad para ver el futuro "antes de que se nos eche encima".

EL TREN DEL FUTURO

González dijo, refiriéndose a Pujol, aunque sin nombrarlo, que hay algunos dirigentes políticos que creen que están haciendo una importantísima, pero que en realidad están perdiendo el tren del futuro.

Criticó al canddato de CiU por decir que lo que más le conviene a España y a Cataluña es su victoria, y aseguró, con ironía, que la opinión del lider convergente es respetable porque "ahora es un experto en lo que le conviene a España y, sobre todo, en lo que le conviene al PP".

En materia económica, González reconoció que "no todo va mal", pero criticó al Gobierno porque es de ésos que "nunca se hacen responsables de lo que va mal". Recurrió a las encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), según la cuales más del 50% de los españoles creen que la economía va bien, pero señaló que "sólo el 20% dicen que su economía personal ha mejorado. Entre 1997 y 1998, los beneficios de las grandes empresas españolas crecieron un 20% y un 25% cada año, sus cotizaciones en Bolsa crecieron un 40% cada año, pero la masa salarial subió un 5% en total en los dos años, y el conjunto del empleo en esas empresas ha bajado un 1%".

De esos datos González dedujo que en estos años el desarrollo económico no está siendo rpartido con equidad y aseguró que "el reparto del crecimiento es crecientemente injusto y desigual". "Este proceso de concentración de la riqueza, no sólo no es sostenible desde el punto de vista social, sino que tampoco se puede mantener económicamente, y dirigió este mensaje expresamente a los empresarios".

González aprovechó su participación en el mitin para responder a los que le critican por seguir activo políticamente y les dijo: "no es que quiera volver, pero pelear por anticipar el futuro de Ctaluña y España sí que lo haré".