Los abogados de la acusación empiezan a apuntar hacia el alcalde de Alcalá de Guadaira, el socialista Manuel Hermosín, como el máximo responsable de la trama que ha llevado a Juan Guerra y a nueve imputados a sentarse en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial.

El jefe del ervicio Patrimonial de Ensidesa aseguró hoy que su empresa, propietaria de los terrenos en el polígono Fridex, creía que la parcela era de suelo industrial cuando comenzó la gestión de la venta a la empresa Cimpa, de Juan Guerra y sus socios. Sin embargo, el Ayuntamiento socialista había aprobado la recalificación sin informar a Ensidesa, lo que sorprendió y molestó a los responsables de la empresa pública, según Solís.

El informe que elaboró Solis en abril de 1988, tras su visita a Alcalá de Guadaira concluye señalando que Ensidesa tenía en la localidad sevillana una dotación en la que la empresa pública sólo aportaba las cargas, sin ningún beneficio a cambio, por lo que había que intentar compensar esa situación con la cesión de terrenos colindantes u obteniendo la recalificación de la parcela. Al no lograr ninguna de las dos opciones, se optó finalmente por la venta.

Según el testimonio de Solís, Ensidesa fue "injustamente tratada" por el Ayuntamiento de Alcalá de Guadaira por las cargas que deía asumir en el polígono Fridex.

La cuarta sesión del juicio contra Juan Guerra y sus socios coincidió con el desalojo del edificio anexo de la Audiencia, donde se encuentra la sede de los juzgados de instrucción, por una amenaza de bomba.

Juan Guerra, que celebra hoy su santo, recibió las felicitaciones de los periodistas gráficos y de sus compañeros de banquillo antes de entrar en la sala.