A la planta séptima de la Audiencia Nacional comenzaron a acercarse periodistas de los distintos medios de comunicación a partir de las 11,30 horas de la mañana, a losque se fueron sumando procuradores, abogados y más informadores conforme se iba acercando la hora fijada para entregar la sentencia.

Sobre las 13,45 horas comenzó a correr el rumor de que la sentencia saldría más tarde de las 14,00 horas, porque se había roto la fotocopiadora, lo que aumentó la tensión de periodistas, procuradores y abogados del "caso Banesto".

Pocos minutos después de las 14,00 horas, un funcionario salió de la sala para llamar a los procuradores y abogados del "caso Banesto", qe pudieron entrar a la ilustre habitación después de que media docena de policías formaron un cordón humano para el efecto.

Sin embargo, este cordón de seguridad se rompió en cuanto el primer procurador abandonó la sala con la sentencia en la mano y los numerosos periodistas, más de 30 (algunos medios de comunicación habían enviado a 2 ó 3 informadores para cubrir la noticia) se abalanzaron sobre él para conocer el fallo.

Después, fueron desfilando las acusaciones y las defensas con la sentencia n la mano y algunos de ellos no tuvieron reparo en comunicar rápidamente a los informadores que allí se agolpaban el contenido del mismo.

Tras la confusión inicial, mientras unos informadores apuntaban en un cuaderno y otros sumaban con una calculadora que habían traído para la ocasión, los periodistas se dirigieron con una copia de la sentencia a una fotocopiadora cercana a la Audiencia Nacional para obtener una reproducción de la misma.

Cada uno de los 30 periodistas que previamente se había apntado en una lista tuvo que desembolsar 1.170 pesetas, a razón de 4 pesetas por cada uno de los 292 folios que componen el fallo.