"Una vez que se ha conseguido reducir la prevalencia de la infección por VIH hasta un 10% entre la población penitenciaria, la hepatitis C es el nuevo reto de la sanidad penitenciaria", explicó el doctor Alberto Esteban, vicepresidente del Comité Científico del Congreso y de la Sociedad Española de Sanidad Penitenciaria.

Al contrario que el VIH, la hepatitis C es una enfermedad que tiene cura en más de la mitad de los casos (hasta el 90%, según el genotipo del virus) con el tratamiento estándar, compuesto por interferón pegilado y ribavirina.

Para este especialista en sanidad penitenciaria hay dos puntos clave en el manejo de la hepatitis C. "Es preciso educar a los internados en prisión que están sanos en los mecanismos de transmisión del virus de la hepatitis C y en la manera de prevenir esta transmisión y, por otra parte, ofertar el tratamiento a los enfermos que lo precisen y conseguir una buena adherencia al mismo".

Según el experto, la coinfección por el Virus de la Hepatitis C (VHC) y el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) es un problema de primer orden en España y en sus prisiones, ya que casi el 50% de los seropositivos están infectados por el virus de la hepatitis C.