Consumo
Casi el 80% de los españoles relaciona la moda rápida con “atributos negativos y contrarios a la sostenibilidad”
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El 76,6% de la población es “conocedora” de la moda rápida y la relaciona con “atributos negativos y contrarios a la sostenibilidad”, como moda de usar y tirar (38,9%), insostenible y contaminante (35,3%) o fabricada en condiciones “injustas” (32,1%).
Así lo desvela un sondeo sobre tendencias de conductas en el consumo y “sobreconsumo” textil realizado a 2.000 personas por la Federación de Consumidores y Usuarios CECU, con el que se pretende conocer las preferencias respecto al consumo y reutilización de moda y las medidas necesarias para alcanzar una “moda sostenible”, tal y como precisó este lunes la federación en un comunicado.
Entre los factores que “más influyen” en la decisión de compra de ropa se encuentran la calidad y el precio, seguido “estrechamente” por el “impacto” medioambiental, que resulta “bastante o muy influyente” para el 44,2% de la población, y el lugar donde han sido fabricados (36,5%).
El aspecto de sostenibilidad al que “más importancia” le concede la ciudadanía al elegir una prenda de moda es que esté hecha por trabajadores a los que se les paga un salario “justo y digno”, mencionado como más importante por el 29,8% y, “en alguna medida”, por el 66,7% de la población.
Según el estudio, aunque la “mayoría” de la población es “conocedora” de la “moda rápida” se observa un “aumento significativo” entre la población menor de 25 años (85,8%) y se da la “paradoja” de que quienes conocen la moda rápida “suelen” comprar en tiendas que la ofrecen (45,2%) y este porcentaje aumenta entre los menores de 35 años (54,9%).
Sin embargo, uno de los factores “más importantes” en cuanto a la compra de ropa en los menores de 25 años es el precio de la misma, con un 80,4% frente al 77,3% total; las últimas tendencias (un 17,8% frente al 10,5%) y la recomendación de los 'influencers' (un 13,2% frente al 4,6%).
MEDIDAS PRIORITARIAS
Con respecto a las dos medidas consideradas “prioritarias” por una mayor parte de la ciudadanía estas son “prohibir” la venta de ropa que contenga sustancias químicas “contaminantes” y la de ropa que no sea fabricada “en condiciones justas”. Ambas son mencionadas por seis de cada diez ciudadanos (61,2% y 59,7%, respectivamente) y en torno a una cuarta parte de la población les atribuye “máxima prioridad” (23,8% y 25,3%, respectivamente).
Por su parte, más de la mitad de la ciudadanía lleva a reparar una prenda de vestir cuando se rompe (52,3%), el 13,4% ha hecho “trueque” con la ropa que no quiere o usa y el 39,9% “no, pero estaría dispuesto a hacerlo”, lo que, agregado, representa a más de la mitad (53,3%).
A su vez, cuatro de cada diez ciudadanos han comprado “alguna vez” ropa de segunda mano (41,1%) y el 22,2% no, pero “sí lo haría”, porcentajes que, agregados, representan al 63,3% de la población.
Asimismo, quienes realizan este tipo de compra lo hacen “principalmente” en tiendas de segunda mano (50,7%), mercadillos (37,7%) y aplicaciones, redes sociales o Internet (25,4%).
MEDIDAS VALIENTES
A la luz de estos resultados, la federación subrayó que la moda rápida ha “duplicado” los volúmenes de producción textil con la venta de nuevas colecciones “cada dos semanas”. En estas colecciones se puede encontrar ropa de “baja calidad”, con sustancias químicas “peligrosas”, fabricados con normas medioambientales y sociales “deficientes”. Además, es “más barato adquirir una prenda nueva que repararla o comprarla de segunda mano”.
"La presión del mercado de la moda rápida expone a los consumidores a volúmenes insostenibles de prendas", aseveró, al tiempo que reivindicó la aplicación “cuanto antes” de medidas “valientes” como una distribución “justa” de los costes entre consumidores y empresas; garantizar el “respeto” de los derechos de los trabajadores, mediante una remuneración y unos puestos de trabajo “justos”; prohibir el uso de sustancias químicas y fomentar los mercados de segunda mano, de trueque y la economía social y solidaria.
En este contexto, también defendió que la reciente Estrategia de la UE para Textiles Circulares y Sostenibles es crucial. En esta estrategia se establece el objetivo de convertir los textiles sostenibles en la norma para 2030 y limitar la producción y consumo de moda rápida. Según él, "es un paso necesario para frenar esta crisis". Sin embargo, insistió en reclamar la aplicación de “medidas urgentes que reviertan la situación actual”.
(SERVIMEDIA)
18 Dic 2023
MJR/nbc