Tanto antes como después de la introducción de la nueva placa de matrícula, que entró en vigor en septiembre de 2000 y que supuso la eliminación del distintivo provincial de las matrículas, los supuestos en los que los propietarios de un coche pueden cambiar sus placas son los mismos.

Tráfico sólo permite la rematriculación cuando el titular de un vehículo que tiene placa con distintivo provincial traslada su domiciio a otra provincia, y cuando alguien adquiere un vehículo de segunda mano con placa de otra provincia distinta a la de su domicilio.

En algunos casos, pero que representan una cantidad muy reducida, también se permite el cambio de la matrícula de un coche por motivos de seguridad, pero, para ello, tiene que haber una orden del Ministerio del Interior.

Las personas que están en estos supuestos y quieren cambiar las placas de matrícula de sus vehículos tienen que abonar unas tasas a la DGT por la ematriculación de sus coches de 62,80 euros (casi 10.500 pesetas), según fuentes de Tráfico consultadas.

Fuentes del sector del automóvil indicaron que el fuerte aumento del cambio de placas en 2001 puede obedecer a que las nuevas matrículas son "muy atractivas", y eso puede haber provocado que gente que antes se cambiaba de domicilio a otra provincia y no cambiaba la placa de matrícula de su coche ahora sí lo esté haciendo.

"La placa nueva es muy atractiva, pero la placa vieja sólo se puede cambar en unos supuestos muy determinados y restrictivos, ya que Tráfico lo que no quiere es que todo el mundo la pida indiscriminadamente, por lo que comprueba muy en serio que esos supuestos se cumplen", explicaron, no obstante.