Estas ayudas pretenden asegurar el bienestar de los menores y su permanencia en el propio núcleo familiar para evitar su desarraigo y también favorecer el retorno a la familia de los niños internados en centro de protección.

La iniciativa del Ejecutivo con estas ayudas también persigue apoyar el acogimiento de menores, bien por sus familiares en segundo grado (abuelos, tíos, etcétera) o bien por familias no biológicas y, por último, favorecer la autonomía e inserción en la comunidad de los adolescentes tutelados cuando están a punto de cumplir la mayoría de edad.

Las ayudas destinadas al acogimiento de menores por parte de familiares que no son sus padres (abuelos, tíos, etcétera) son las más numerosas, ya que suponen un porcentaje anual en torno al 66% del total.

Igualmente, es muy alto el porcentaje de renovaciones anuales de este tipo de ayudas, pues se trata normalmente de familiares cuya situación económica no varía al ser perceptores de pensiones.

En el año 2004, el Instituto Madrileño del Menor y la Familia, dependiente de la Consejería de Familia y Asuntos Sociales, concedió 1.274 ayudas, con un incremento respecto a 2003 del 14,36%. De éstas, el 68% correspondieron a renovaciones, mientras que el 32% fueron de nueva adjudicación.

La cuantía de las ayudas familiares no es fija porque, en los casos de familia propia, la cantidad depende de su nivel de ingresos y en el de las familias no biológicas, depende de sus necesidades en su conjunto.