Lo firmaron, en la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores, el ministro, Miguel Angel Moratinos; el secretario general de la Liga Arabe, Amr Musa; la secretaria de Estado de Cooperación Internacional, Leyre Pajín; el presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves; y los alcaldes de Madrid y Córdoba, Alberto Ruiz Gallardón y Rosa Aguilar, respectivamente.

La Casa Arabe nace con el objetivo de estrechar lazos de cooperación cultural, económica, científica, social y política entre España y los países árabes y musulmanes, y es fruto de la colaboración entre el Gobierno central, las comunidades de Madrid y Andalucía, y las ciudades de Madrid y Córdoba.

En su funcionamiento recogerá las experiencias de la Casa de América y la Casa de Asia. Además de la sede en Madrid, el edificio de las Escuelas Aguirre, cedido por el Ayuntamiento, contará con un centro internacional de estudios árabes y del mundo musulmán, con sede en Córdoba.

La Casa Arabe tendrá un presupuesto anual de 10 millones de euros, de los cuales el 60% será financiado por el Ministerio de Asuntos Exteriores y el resto por las comunidades autónomas.

Todos los firmantes del convenio intervinieron en el acto de la firma para resaltar los vínculos históricos que enlazan a España con el mundo árabe. Moratinos subrayó que el mundo árabe vive momentos difíciles porque sucesos recientes han hecho que se vea desde fuera como a través de "un espejo deformante", con estereotipos y prejuicios. España, aseguró, puede ser útil para una mayor comprensión mutua.

Chaves habló abiertamente de grandes desafíos, como la explosión migratoria o los problemas de estabilidad y seguridad, como elementos que convierten a España en un necesario puente entre la Unión Europea y el mundo árabe.

También el secretario general de la Liga Arabe subrayó esos vínculos y la necesidad de que España sea puerta de Europa para el mundo árabe, y felicitó especialmente al presidente del Gobierno español por su "grandiosa" iniciativa de la Alianza de Civilizaciones, a la que se refirió como una inteligente respuesta ante la amenaza del choque de culturas.

La intención de los firmantes es que la Casa Arabe esté funcionando antes de que comience 2007. En Madrid empezará a hacerlo en una sede provisional mientras se rehabilita el edificio neomudéjar que será su sede definitiva, las Escuelas Aguirre.

En su intervención, el ministro Moratinos expresó su dolor por "la tragedia, la frustración y la desesperación que en estos momentos sufren nuestros hermanos palestinos", pero evitó señalar a un único culpable de esa situación porque el Gobierno español, explicó, prefiere practicar el diálogo, el consenso y el espíritu de tolerancia. Subrayó que próximamente se abrirá en España la Casa Sefarad y llamó a los amigos israelíes y palestinos a mirarse en estas dos instituciones para comprobar que se puede debatir y disentir desde la convivencia.