Además de los programas específicos desarrollados en España, la institución llevó a cabo, en el marco de la cooperación internacional, acciones de emergencia humanitaria y de desarrollo en países del Tercer Mundo con conflictos armados o desastres naurales o en condiciones sociales y económicas precarias.

"La mayoría de estos recursos", explicó Franco, "han sido gestionados por las delegaciones diocesanas de Cáritas, dotadas de total autonomía para desarrollar los programas".

Según explicó el secretario general de Cáritas Española, Pablo Martín, el año pasado se produjo un aumento del presupuesto con respecto al año anterior de unos 2.000 millones de pesetas, lo que significa que la crisis no se ha notado mucho en cuanto a la solidaridad de a gente.

"En España", señaló Martín, "la mayor preocupación para Cáritas siguen siendo los llamados colectivos más desfavorecidos: ancianos, gitanos, niños y mujeres con cargas familiares, toxicómanos, enfermos de sida e inmigrantes, colectivos que se han beneficiado de los programas sociales puestos en marcha gracias a los más de 14.000 millones de pesetas con los que ha contado Cáritas para desarrollarlos".

Los más de 14.000 millones de pesetas invertidos por Cáritas Española en programas sociaes durante 1994 han sido financiados en parte gracias a la caridad popular, aunque aproximadamente el 30 por ciento de los ingresos proviene de la Administración pública y un 10 por ciento de subvenciones de organismos internacionales.

En opinión del secretario general de Cáritas, el pueblo español es muy solidario, aunque "en la cultura que vivimos actualmente la solidaridad pasa a ser un valor de tercer o cuarto orden. La gente es solidaria, aunque en la vida normal tenemos menos posibilidades de maifestarlo".

Los españoles más generosos, según Martín, son los navarros, seguidos de los ciudadanos de la Comunidad Autónoma Vasca, catalanes, asturianos, riojanos, valencianos, alicantinos, murcianos y madrileños.

CLASES MEDIAS

A juicio de Pablo Martín, la destrucción de empleo, el crecimiento del déficit público y la puesta en marcha de una agresiva política de contención del gasto basada en la congelación, cuando no reducción, de las prestaciones a los grupos sociales más vulnerables, ha forado a ciudadanos integrantes de las llamadas clases medias a acudir a Cáritas Española solicitando ayuda.

Estas personas no mendigan por la calle ni visten ropas andrajosas. La mayoría son personas normales que se han quedado en el paro y tienen que mantener una familia y de pronto se encuentran con problemas para pagar la luz, el agua o el alquiler.

"Además de este fenómeno", añadió Martín, "Cáritas tiene constancia de que cada vez son más las personas con recursos medios o básicos que colaborancon las organizaciones no gubernamentales para ayudar a los sectores más desfavorecidos de la población".

50.000 VOLUNTARIOS

Actualmente, Cáritas Española tiene censados o más de 50.000 voluntarios con un perfil muy variado: mujeres y jóvenes de edades comprendidas entre los 35 y 65 años y con estudios medios y superiores.

Para Pablo Martín, el trabajo del voluntariado en España es uno de los grandes valores que tiene la sociedad, aunque cree que el voluntario debe trabajar codo con codo con elprofesional remunerado de las organizaciones no gubernamentales.

A nivel internacional, Cáritas ha trabajado este último año en programas de desarrollo en países del Tercer Mundo, sin olvidar la ayuda a la ex Yugoslavia y a Ruanda. Hasta la fecha, Cáritas ha invertido en su campaña de ayuda humanitaria para socorrer a las víctimas del conflicto que asola Ruanda y Burundi más de 3.000 millones de pesetas.