Según informó esta ONG en una nota de prensa, "esta operación tiene como objetivo prioritario garantizar el suministro a los afectados de alimentos, agua potable y materiales básicos para la reparación de las viviendas, así como la atención médica" en las zonas inundadas.

Asimismo, se han habilitado diversos centros de recogida de ayuda no perecedera en las diócesis yparroquias para que, a través de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, sea distribuida a los damnificados, con particular atención a las áreas afectadas a las que no llega la ayuda gubernamental.

Además, continuará adelante con el reparto de ayuda humanitaria a los damnificados de las provincias de Los Ríos y Manabí, donde, en colaboración con la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, está repartiendo raciones alimenticias, medicinas, agua, mosquiteros y útiles de aseo.

Las inundaciones han afectado a la cuarta parte de la superficie del país y a un número aproximado de 315.000 familias. Las pérdidas de la producción agrícola se estiman en 200 millones de dólares.

Además, según Cáritas Ecuador, se han registrado ya 600 casos de dengue y numerosos afectados con erupciones cutáneas. Para empeorar las cosas aún más, los equipos de ayuda tienen "serias dificultades logísticas", dado que las carreteras se encuentran inundadas o colapsadas a causa de los deslizamientos de tierra.