Taracón señala en la carta, aparecida en la revista "Vida Neva" bajo el título "Los agnósticos": "¿Hemos pensado que la falta de un auténtico testimonio cristiano en la vida social puede influir en la proliferación de agnóstiscos de buena fe?"

"El agnosticismo se ha puesto de moda", afirma. "Son muchos, cada día más, incluso en nuestro pueblo, lo que 'prescinden' de Dios porque no lo consideran 'indispensable' para su vida humana. No acaban de comprender, racionalmente, la necesidad de su existencia".

Respecto a los tipos de agnósticos que hay, Tarancón onsidera que "no todos han llegado al agnosticismo por el mismo camino. Algunos intelectuales serios, que buscan afanosamente la verdad, no han sido capaces de 'descubrir' la Verdad -con mayúscula- porque, fiados excesivamente por sus saberes, se negaban a admitir lo que no pueden comprobar plenamente con su sola inteligencia".

"Otros, más débiles intelectualmente, que antes se manifestaban creyentes -y lo eran con sinceridad, aunque con escasa profundidad intelectual-, por la fuerza del ambiente, se an dejado vencer fácilmente por un clima contrario que propicia el relativismo de la verdad y del bien y que lleva al agnosticismo".

Y finalmente, "no faltan quienes, atormentados psicológicamente por la tragedia de su vida, se inhiben o niegan a Dios porque 'no es justo' en el desarrollo de la vida de tantos que sufren enfermedades, fracasos, traiciones, sin explicación sufiente".

"¿Pueden existir entre esas diversas clases de agnósticos -quizá algunos lleguen hasta el ateismo- personas de 'buen fe' que sean 'menos culpables' -quizá, casi nada- de esa actitud de recelo, de desconfianza, de inseguridad con respecto a Dios? Sin duda que si", concluye.